miércoles, 29 de abril de 2009

Hay un pingüino en la mesa. Por Adrián Simioni


(Nota publicada en La Voz del Interior - Miércoles 29 de abril de 2009)

Hoy, en un cuarto piso de la avenida Corrientes al 300, en la ciudad de Buenos Aires, se hará la asamblea de accionistas de Juan Minetti SA, la cementera de origen cordobés, cuya tradicional y gigantesca planta vemos a la izquierda cada vez que vamos desde la ciudad de Córdoba a Villa Carlos Paz. La asamblea no será como la de tantos otros años. La principal curiosidad de los participantes será constatar si aparece o no un enviado del Gobierno nacional para sentarse a la mesa del directorio de la compañía en representación de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). Hasta anoche, nada estaba claro.
En enero, la Anses prestó a Minetti 39,9 millones de pesos en obligaciones negociables que la empresa emitió por un total de 70 millones, aunque la toma de una silla en el directorio se hace por las acciones que habían ido comprando las desaparecidas administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones, AFJP (alrededor de 10 por ciento), que pasaron a la Anses. Será un paso más en el camino que viene recorriendo el organismo previsional para poner un pie en las principales empresas industriales y de servicios del país. Ya son al menos 23, aunque es posible que sean más; Anses no informa acerca de esta movida, lo que da lugar a las más amplias interpretaciones. Para algunos, es simplemente una forma de clientelismo VIP para amigos del Gobierno. En el caso de Minetti, por ejemplo, un eventual director por parte de la Anses pasaría a cobrar parte de los 2,96 millones de pesos con que la empresa remunera a los integrantes del directorio. Para el propio Néstor Kirchner, es un modo de “cuidar la platita” de quienes aportan al sistema previsional, recursos que luego son prestados por la Anses. Así lo expresó anteanoche en un acto organizado por los sectores progresistas que siguen junto a él. Para las cámaras empresarias nucleadas en el relanzado Grupo de los Siete (Asociación de Bancos, Cámara de la Construcción, Unión Industrial, Sociedad Rural, Confederaciones Rurales, Bolsa de Comercio y Cámara de Comercio), es una vía para meter mano en la conducción de las empresas, con las más diversas intenciones, desde forzar a bajar precios hasta imponer una transferencia de propiedad, pasando por conseguir contratos de provisión u obra para empresarios amigos, entre múltiples alternativas. Sin decir ni mu. Lo cierto es que, de una situación en la que parte de los ahorros previsionales eran invertidos en empresas sin que esto generara una participación accionaria por parte de las AFJP, se pasó a otra en la que la Anses ejercerá una representación. Cuando se estatizaron las AFJP, el Gobierno dijo, en forma oficiosa, que no ejercería ese papel. Pero ahora lo hace. No ha cambiado nada en el marco legal desde que desaparecieron las AFJP. Algunos abogados suponen que la decisión se sustenta jurídicamente en algo tan simple como esto: las AFJP no eran propietarias sino administradoras de fondos de millones de ahorristas, por lo que no podían ejercer ese rol. En cambio, ahora es la Anses la única propietaria de la inversión. Si el interés de Néstor Kirchner (la presidenta Cristina Fernández no ha dicho una sola palabra sobre una de las decisiones más trascendentes de su administración) es realmente “cuidar la platita”, entonces deberían ponerse en marcha la comisión bicameral y el consejo de inversiones que hace ya cinco meses ordenó crear la ley de estatización de las AFJP, redactada, revisada y votada por los propios kirchneristas. De esa forma, en la designación de los directores podría intervenir el Congreso, que además podría controlar no sólo lo que se invierte o presta a las empresas privadas, sino también fondos mucho mayores que la Anses ha prestado y presta al Estado. Pero en el universo kirchnerista (y no sólo kirchnerista), Poder Ejecutivo y Anses son lo mismo. Aunque no lo sean. Mejor ni pensarlo. Sin una política explicitada, sin un procedimiento público conocido, sin normas que establezcan cuál es el papel de esos directores, la cosa da para todo. Los odiadores profesionales de las AFJP no lo saben o se niegan a saberlo. Pero cuando éstas no alcanzaban un nivel de rentabilidad mínimo, debían poner dinero de su propio bolsillo para compensar la pérdida ocasionada a los aportantes. Además, los aportantes podían irse a otra administradora que les ofreciera mayor rentabilidad. Por otro lado, la persona jurídica de la AFJP no podía ser propietaria de otras empresas. Esos límites eran una barrera natural contra el riesgo de que una AFJP se endulzara invirtiendo a pérdida en una empresa que, por otro lado y por ser del propio grupo, le reportara beneficios obtenidos gracias a un financiamiento fraudulento. De hecho, no se conocieron casos de este tipo. Por encima de estas barreras, el Estado podía fijar (y fijaba) políticas generales de inversión válidas para todas las AFJP y las controlaba a través de la Superintendencia y mecanismos institucionales. Ahora, la Anses no tiene límites. Puede prestar e invertir a quien quiera y por el monto que quiera. No informa decisiones ni resultados. No están vigentes mecanismos de control y consulta legislados hace cinco meses. Las consecuencias son múltiples. Una, es concreta: la desaparición del mercado de capitales. El ahorro previsional se transformó en un impuesto. Y es difícil que, de ahora en más, una empresa que no quiera tener un vigilante estatal en su directorio vuelva a pedir prestada plata a la Anses o, llegado un extremo, a cotizar en Bolsa, ante el riesgo de que la compre la Anses. Las otras consecuencias son eventuales, múltiples y desafían la imaginación más febril. ¿Qué hará una empresa que se dedica a vender alimentos y es en parte propiedad de la Anses cuando Guillermo Moreno o quien sea le quiera fijar precios? Una constructora que quiera ganar una licitación pública, ¿podrá comprarle cemento a Loma Negra o tendrá que acordar con Minetti? ¿Qué pasará cuando esa empresa tenga otra cuestión conflictiva con el Estado, que va por cuerda separada? En el propio caso de Minetti, hay un ejemplo. Sobre la cementera hay una multa impuesta por el Ministerio de Economía por supuestas prácticas de fijación de precios y además está pendiente una resolución de Defensa de la Competencia para autorizar su fusión con Hormix. Con un director en Minetti, el kirchnerismo estará, al menos desde lo formal, en los dos lados del mostrador. Todas estas cuestiones merecían al menos una discusión y la fijación de una política pública sujeta a reglas conocidas por todos. No es así, como tantas veces. El Gobierno no tiene buenos pergaminos: la experiencia indica que le gusta más mandar a los obedientes de lo que sabe gobernar a los ciudadanos. Por eso no se molesta ni por explicar sus políticas. Hay un pequeño detalle: ya se intentó muchas veces, y desde todos los costados, gobernar este país sin el entusiasmo, la confianza, la buena fe y las ganas de alguna de sus dos mitades. Y no funcionó. Ni una sola vez.
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lunes, 6 de abril de 2009

La manera de no recuperarse. Por Joseph Stiglitz


Algunos pensaban que al elegir a Barack Obama todo cambiaría en Estados Unidos. Como no ha sido así, incluso después de que se aprobara una enorme ley de estímulo y se presentara un nuevo programa para solucionar el problema de la vivienda y diversos planes para estabilizar el sistema financiero, hay incluso quien empieza a culpar a Obama y a su equipo.

Sin embargo, Obama ha heredado una economía en caída libre y era imposible que cambiara la situación en el corto plazo transcurrido desde que ocupa el cargo. Meses antes de abandonar la Casa Blanca, el presidente Bush parecía un ciervo atrapado por los faros de un coche: paralizado e incapaz de hacer prácticamente nada. Es un alivio que por fin Estados Unidos tenga un presidente capaz de actuar, y lo que ha estado haciendo supondrá una gran diferencia.
Por desgracia, lo que está haciendo no basta. El plan de estímulo parece grande -más del 2% del PIB anual-, pero un tercio se va en reducciones de impuestos. Y dado que los estadounidenses afrontan deudas importantes, un desempleo en rápido crecimiento (con el peor sistema de compensación por desempleo de todos los países industrializados) y una caída de los precios bursátiles es probable que ahorren buena parte de esa reducción fiscal.
Casi la mitad del estímulo se limita a compensar el efecto de contracción de los recortes estatales. Los 50 Estados del país deben mantener un presupuesto equilibrado. Hace unos meses se calculaba que el déficit total ascendía a 150.000 millones de dólares; ahora la cifra debe de ser mucho mayor; de hecho, solamente el déficit de California alcanza ya los 40.000 millones de dólares.
Los ahorros de las familias empiezan por fin a crecer, lo cual es bueno para la salud de sus finanzas a largo plazo, pero desastroso para el crecimiento económico. Mientras tanto, la inversión y las exportaciones también están cayendo. Los estabilizadores automáticos de Estados Unidos -la progresividad de nuestros sistemas tributarios, la fortaleza de nuestro sistema de seguridad social- se han debilitado mucho, pero proporcionarán cierto estímulo, aunque el déficit presupuestario previsto se dispara hasta el 10% del PIB.
En resumidas cuentas, el estímulo robustecerá la economía estadounidense, pero probablemente no lo suficiente como para que vuelva a registrar un crecimiento fuerte. Ésta es una mala noticia también para el resto del mundo, porque una recuperación mundial fuerte necesita una economía estadounidense fuerte.
Sin embargo, los verdaderos fallos del programa de recuperación de Obama no radican en el plan de estímulo, sino en sus esfuerzos por revitalizar los mercados financieros. Los errores de Estados Unidos enseñan lecciones importantes a los demás países del mundo, que ahora tienen o tendrán problemas con sus bancos:
- Retrasar la reestructuración bancaria sale caro, tanto en lo que se refiere a los costes de los posibles rescates como a los daños que sufrirá la economía en general en el ínterin.
- A los Gobiernos no les gusta admitir los costes totales del problema, de modo que dan al sistema bancario lo justo para sobrevivir, pero no lo bastante como para devolverle la salud.
- La confianza es importante, pero debe cimentarse en unos fundamentos sólidos. Las medidas no deben basarse en la ficción de que se han hecho buenos préstamos, y que la sagacidad empresarial de los directivos y reguladores de los mercados financieros quedará confirmada una vez que se restaure la confianza.
- Es de esperar que los banqueros actúen en interés propio, sobre la base de los incentivos. Los incentivos perversos llevaron a asumir riesgos excesivos y los bancos que están a punto de hundirse, pero son demasiado grandes como para quebrar, volverán a asumir todavía más. Sabiendo que el Gobierno recogerá los pedazos si hace falta, pospondrán la concesión de hipotecas y pagarán miles de millones en primas y dividendos.
- Socializar las pérdidas y privatizar los beneficios es más preocupante que las consecuencias de nacionalizar los bancos. El trato se vuelve cada vez peor para los contribuyentes estadounidenses. En la primera ronda de inyecciones de efectivo obtuvieron aproximadamente 0,67 dólares en activos por cada dólar que pusieron (aunque los activos estaban casi con seguridad sobrevalorados y su valor cayó enseguida). Pero con las últimas inyecciones de efectivo se calcula que los estadounidenses reciben 0,25 dólares, o menos, por cada dólar que ponen. Malas condiciones significan una gran deuda nacional en el futuro. Una de las razones por las que posiblemente estamos obteniendo malas condiciones es que si obtuviésemos un valor justo por nuestro dinero, a estas alturas seríamos el accionista mayoritario de al menos uno de los grandes bancos.
- No confundamos salvar a los banqueros y a los accionistas con salvar a los bancos. Estados Unidos podía haber salvado a los bancos, y haberse olvidado de los accionistas, por mucho menos de lo que ha gastado.
- La economía de la filtración de la riqueza casi nunca funciona. Dar dinero a los bancos no ha ayudado a los propietarios de viviendas: cada vez hay más desahucios. Permitir que AIG quebrase tal vez habría perjudicado a algunas instituciones importantes para el sistema, pero lidiar con eso habría sido mejor que apostar más de 150.000 millones de dólares y esperar que parte de ellos vayan a parar donde hacen falta.
- La falta de transparencia metió al sistema financiero estadounidense en este lío. La falta de transparencia no lo sacará de él. El Gobierno de Obama promete cargar con las pérdidas para convencer a los fondos especulativos (hedge funds) y a otros inversores privados de que compren los activos incobrables de los bancos. Pero esto no establecerá "precios de mercado", como afirma la Administración. Si el Gobierno asume las pérdidas, los precios se distorsionan. Los bancos ya han incurrido en pérdidas y ahora sus beneficios deben producirse a expensas del contribuyente. Introducir a los hedge funds como terceras partes no hará sino aumentar el coste.
Más vale mirar hacia delante que hacia atrás, centrarse en reducir el riesgo de los nuevos préstamos y garantizar que los fondos crean nueva capacidad de préstamo. Agua pasada no mueve molino. Como punto de referencia, por cada 700.000 millones de dólares proporcionados a un banco nuevo, apalancado en una proporción de 10 a 1, se podrían haber financiado siete billones de nuevos préstamos.
El momento de creer que se puede crear algo de la nada debería estar superado. Las respuestas miopes de los políticos -que esperan salir del paso con un trato lo suficientemente pequeño como para agradar a los contribuyentes y lo suficientemente grande como para agradar a los bancos- no hacen más que prolongar el problema. Nos espera un punto muerto. Hará falta más dinero, pero los estadounidenses no están de humor para aportarlo, o, desde luego, no con las condiciones vistas hasta ahora. El pozo de dinero podría estar secándose y con él, quizá, también el optimismo y la esperanza legendarios de Estados Unidos.
Joseph E. Stiglitz es catedrático de Economía de la Universidad de Columbia y premio Nobel de Economía en 2001. © Project Syndicate, 2009. Traducción de News Clips.
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La trampa de los dólares de China. Por Paul Krugman


En los comienzos de la crisis financiera, los bromistas decían que nuestras relaciones comerciales con China habían resultado ser justas y equilibradas después de todo: ellos nos vendían juguetes envenenados y pescado contaminado, y nosotros les vendíamos valores fraudulentos.
Pero últimamente ambas partes de ese acuerdo están fallando. Por un lado, el interés del mundo por los productos chinos ha caído en picado. Las exportaciones de aquel país se han hundido en los últimos meses y son ahora un 26% más bajas que hace un año. Por otra parte, es evidente que los chinos están poniéndose nerviosos por culpa de esos valores.


Pero parece que China sigue teniendo expectativas poco realistas. Y eso es un problema para todos nosotros. La gran noticia de la semana pasada fue un discurso de Zhou Xiaochuan, el gobernador del Banco Central de China, en el que pedía una nueva "moneda de reserva supersoberana".
La facción paranoica del Partido Republicano advirtió inmediatamente sobre un vil complot para que Estados Unidos renunciase al dólar. Pero el discurso de Zhou Xiaochuan era en realidad un reconocimiento de la debilidad del país. Lo que estaba diciendo, de hecho, es que China se ha metido a sí misma en una trampa de dólares y que no es capaz de salir de esa trampa, ni de cambiar las políticas que la hicieron caer inicialmente en ella.
Algunos antecedentes: en los primeros años de esta década, China empezó a registrar grandes superávit comerciales y también empezó a atraer un flujo considerable de capital extranjero. Si China hubiese tenido un tipo de cambio flotante -como, por ejemplo, Canadá-, esto habría provocado una revalorización de su moneda que, a su vez, habría ralentizado el crecimiento de las exportaciones chinas.
Pero, en vez de eso, China decidió mantener el valor del yuan más o menos fijo con respecto al dólar. Para hacerlo tenía que comprar dólares a medida que llegaban. Con el paso de los años, esos superávit comerciales siguieron creciendo, al igual que lo hizo la reserva de activos extranjeros de la República Popular China.
Pero la broma sobre los valores fraudulentos era injusta en realidad. Aparte de un tardío e irreflexivo acopio de acciones (de las más altas del mercado), los chinos han acumulado principalmente activos muy seguros, entre los que los bonos del Tesoro de Estados Unidos (bonos T, para abreviar) representan una parte importante del total. Pero aunque los bonos T son seguros como los que más, ofrecen una rentabilidad muy baja.
¿Había alguna estrategia oculta tras esta vasta acumulación de activos de baja rentabilidad? Probablemente, no. China adquirió su alijo de dos billones de dólares (con lo que convirtió la República Popular en la República de los bonos T) de la misma forma que Gran Bretaña adquirió su imperio: en un ataque de insensatez.
Y, según parece, el otro día, los dirigentes chinos se despertaron y se dieron cuenta de que tenían un problema. La baja rentabilidad no parece preocuparles demasiado, ni siquiera ahora. Pero, aparentemente, están preocupados por el hecho de que alrededor del 70% de esos activos estén expresados en dólares, por lo que cualquier caída futura del dólar conllevaría una gran pérdida de capital para China. De ahí la propuesta de Zhou de pasar a una nueva moneda de reserva del tipo de los Derechos Especiales de Giro (DEG), en los que el Fondo Monetario Internacional mantiene sus cuentas.
Pero esto es a la vez más y menos simple de lo que parece. Los Derechos Especiales de Giro no son dinero real. Son unidades contables cuyo valor se fija en función de una mezcla de dólares, euros, yenes japoneses y libras británicas. Y no hay nada que pueda evitar que China diversifique sus reservas apartándose del dólar ni, por supuesto, que se haga con una reserva que tenga una composición mixta como la de los DEG; es decir, nada excepto el hecho de que ahora China tiene tantos dólares, que no puede venderlos sin provocar una caída del dólar y desencadenar la pérdida de capital que temen sus dirigentes.
Así que, en realidad, la propuesta de Zhou equivale a una súplica para que alguien rescate a China de las consecuencias de sus propios errores de inversión. Pero eso no va a ocurrir.
Y la petición de alguna solución mágica al problema del exceso de dólares de China indica algo más: que los dirigentes de aquel país no se han enfrentado al hecho de que las reglas del juego han cambiado de una forma fundamental.
Hace dos años vivíamos en un mundo en el que China podía ahorrar mucho más de lo que invertía y deshacerse de su exceso de ahorro en Estados Unidos. Ese mundo ha desaparecido.
Aun así, el día después de su discurso sobre la nueva moneda de reserva, Zhou dio otro en el que parecía afirmar que la altísima tasa de ahorro china es inmutable, una consecuencia del confucionismo, que valora la "antiextravagancia". Mientras tanto, "no es el momento apropiado" para que Estados Unidos ahorre más. En otras palabras, dejemos las cosas como estaban. Pero eso tampoco va a ocurrir.
La conclusión es que China todavía no se ha enfrentado a los dolorosísimos cambios que serán necesarios para afrontar esta crisis mundial. Claro está que lo mismo podría decirse de los japoneses, los europeos y los estadounidenses.
Y ese no aceptar las nuevas realidades es el principal motivo por el que, a pesar de algunos rayos de esperanza (la cumbre del G-20 ha conseguido más de lo que yo pensaba), es probable que esta crisis todavía se prolongue durante años.
Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de Economía en 2008. © 2009 New York Times Service Traducción de News Clips
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viernes, 3 de abril de 2009

Documento del G20 - 2 de abril de 2009


"Una crisis global exige una solución global"
Documento íntegro de la cumbre de los líderes del G-20 tras la reunión de Londres
1. Nosotros, los líderes del Grupo de los Veinte, nos hemos reunido en Londres el 2 de abril de 2009.
2. Nos enfrentamos al mayor reto para la economía mundial de la era contemporánea; una crisis que se ha agravado desde que nos reunimos la última vez, que afecta a la vida de las mujeres, hombres y niños de todos los países y todos los países deben aunar esfuerzos para resolverla. Una crisis global exige una solución global.
3. Partimos de la creencia de que la prosperidad es indivisible; de que el crecimiento, para que sea constante, tiene que ser compartido; y de que nuestro plan global para la recuperación debe centrarse en las necesidades y los puestos de trabajo de las familias que trabajan con ahínco, no sólo en los países desarrollados, sino también en los mercados incipientes y en los países más pobres del mundo; y debe reflejar los intereses no sólo de la población actual, sino también de las generaciones futuras. Creemos que el único cimiento sólido para una globalización sostenible y una prosperidad creciente para todos es una economía mundial abierta basada en los principios de mercado, en una regulación eficaz y en instituciones globales fuertes.
4. Por tanto, hoy nos hemos comprometido a hacer lo que sea necesario para: restablecer la confianza, el crecimiento y el empleo; reparar el sistema financiero para restaurar el crédito; reforzar la regulación financiera para reconstruir la confianza; financiar y reformar nuestras instituciones financieras internacionales para superar esta crisis y evitar crisis futuras; fomentar el comercio y la inversión globales y rechazar el proteccionismo para apuntalar la prosperidad; y construir una recuperación inclusiva, ecológica y sostenible.
Si actuamos conjuntamente para cumplir estas promesas, sacaremos a la economía mundial de la recesión y evitaremos que vuelva a producirse una crisis como ésta en el futuro.
5. Los acuerdos que hemos alcanzado hoy constituyen un programa adicional de 1,1 billones de dólares de apoyo para restaurar el crédito, el crecimiento y el empleo en la economía mundial. Las meiddas son las siguientes: triplicar los recursos a disposición del FMI hasta los 750.000 millones de dólares; apoyar una nueva partida de Derechos Especiales de Giro (DEG) de 250.000 millones de dólares y al menos 100.000 millones de dólares en préstamos adicionales por parte de los bancos multilaterales de desarrollo (BMD); garantizar 250.000 millones de dólares de apoyo para la financiación del comercio; y utilizar los recursos adicionales de las ventas de oro acordadas por el FMI para la financiación concesional de los países más pobres.
Junto con las medidas que hemos tomado cada uno en el plano nacional, esto constituye un plan global para la recuperación a una escala sin precedentes.
Restaurar el crecimiento y el empleo
6. Vamos a emprender una ampliación fiscal concertada y sin precedentes, que salvará o creará millones de empleos que de otro modo se habrían destruido y que, para finales de año, representará 5 billones de dólares, elevará la producción en un 4% y acelerará la transición hacia una economía ecológica. Nos hemos comprometido a proporcionar la escala de apoyo fiscal sostenido necesaria para reactivar el crecimiento.
7. Nuestros bancos centrales también han tomado medidas excepcionales. Se han reducido los tipos de interés de forma radical en la mayoría de los países y nuestros bancos centrales han prometido mantener políticas de expansión durante el tiempo que sea necesario y utilizar toda la gama de instrumentos de política monetaria, incluidos los instrumentos poco convencionales, que estén en concordancia con la estabilidad de precios.
8. Nuestras medidas para restablecer el crecimiento no darán resultado hasta que no restauremos el préstamo interno y los flujos internacionales de capital. Hemos proporcionado un apoyo significativo y extenso a nuestros sistemas bancarios para dar liquidez, recapitalizar las instituciones financieras y abordar con decisión el problema de los activos afectados. Nos hemos comprometido a tomar todas las acciones necesarias para restablecer el flujo normal del crédito a través del sistema financiero y garantizar la solidez de las instituciones sistémicamente importantes, aplicando nuestras políticas en concordancia con el marco acordado por el G-20 para restablecer los préstamos y reparar el sector financiero.
9. En conjunto, estas acciones constituirán el mayor estímulo fiscal y monetario y el programa de apoyo más extenso para el sector financiero de los últimos tiempos. Actuar conjuntamente refuerza el impacto y las medidas políticas excepcionales anunciadas hasta la fecha deben llevarse a la práctica sin demora. Hoy hemos acordado 1 billón de dólares más de recursos adicionales para la economía mundial a través de nuestras instituciones financieras internacionales y la financiación del comercio.
10. El mes pasado, el FMI calculó que se reanudaría el crecimiento mundial en términos reales y superaría el 2% para finales de 2010. Confiamos en que las acciones que hemos acordado hoy y nuestro compromiso inquebrantable de cooperar para restablecer el crecimiento y el empleo, al tiempo que preservamos la sostenibilidad fiscal a largo plazo, acelerará la vuelta a un crecimiento positivo. Hoy nos comprometemos a llevar a cabo cualquier acción que sea necesaria para asegurar este resultado e instamos al FMI a evaluar periódicamente las acciones emprendidas y las acciones globales necesarias.
11. Estamos decididos a garantizar la sostenibilidad fiscal a largo plazo y la estabilidad de precios y pondremos en marcha estrategias de salida creíbles frente a las medidas que se han de tomar ahora para apuntalar el sector financiero y restablecer la demanda global. Estamos convencidos de que si aplicamos las políticas que hemos acordado, limitaremos los costes a largo plazo de nuestras economías y, por tanto, reduciremos la escala de la consolidación fiscal necesaria a largo plazo.
12. Llevaremos a cabo todas nuestras políticas económicas en colaboración y de manera responsable en lo que respecta a su impacto para otros países. Nos abstendremos de una devaluación competitiva de nuestras monedas y fomentaremos un sistema monetario internacional estable y en buen funcionamiento. Apoyaremos, ahora y en el futuro, la supervisión sincera, equilibrada e independiente por parte del FMI de nuestras economías y nuestros sistemas financieros, de las repercusiones de nuestras políticas para los demás y de los riesgos a los que se enfrenta la economía global.
Fortalecimiento de la supervisión y la regulación financieras
13. Los grandes fallos en el sector financiero y en la regulación y la supervisión financieras fueron causas fundamentales de la crisis. La confianza no se recuperará hasta que no reconstruyamos la confianza en nuestro sistema financiero. Tomaremos medidas para crear un marco supervisor y regulador más fuerte y globalmente más coherente para el futuro sector financiero, que apoye un crecimiento mundial sostenible y cubra las necesidades de empresas y ciudadanos.
14. Cada uno de nosotros acuerda garantizar que establecerá unos sistemas reguladores fuertes. Pero también estamos de acuerdo en establecer una mayor coherencia y una cooperación sistemática entre países, y el marco de criterios elevados acordados internacionalmente que un sistema financiero mundial requiere. El fortalecimiento de la regulación y de la supervisión debe promover el decoro, la integridad y la transparencia; proteger frente al riesgo en todo el sistema financiero; amortiguar en lugar de amplificar el ciclo financiero y económico; reducir la dependencia de fuentes de financiación indebidamente arriesgadas; y desincentivar la excesiva asunción de riesgos. Los reguladores y los supervisores deben proteger a los consumidores y a los inversores, apoyar la disciplina de mercado, evitar impactos perjudiciales en otros países, reducir el alcance del arbitraje regulador, fomentar la competencia y el dinamismo, y mantenerse al día con las innovaciones del mercado.
15. Con este fin estamos aplicando el Plan de Acción acordado en nuestra última reunión, tal como se establece en el informe de evolución adjunto. Hoy también hemos emitido una Declaración, El fortalecimiento del sistema financiero. En concreto, acordamos:
-Establecer un nuevo Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) con mayores competencias, como sucesor del Foro de Estabilidad Financiera (FSF), que incluya todos los países del G-20, los miembros del FSF, España, y la Comisión Europea;
-Que el FSB deberá colaborar con el FMI para advertir de antemano los riesgos macroeconómicos y financieros y sobre las medidas necesarias para superarlos;
-Remodelar nuestros sistemas reguladores de modo que nuestras autoridades puedan detectar y tomar en cuenta los riesgos;
-Ampliar la regulación y la vigilancia a todas las instituciones, los instrumentos y los mercados financieros sistémicamente importantes. Esto incluirá, por primera vez, a fondos de cobertura sistémicamente importantes
-Respaldar y aplicar los nuevos y estrictos principios del FSF sobre remuneración y compensación y apoyar los planes de compensación sostenibles y la responsabilidad social corporativa de todas las empresas.
-Tomar medidas, una vez asegurada la recuperación, para mejorar la calidad, la cantidad y la coherencia internacional del capital en el sistema bancario. En el futuro, la regulación debe impedir un endeudamiento excesivo y exigir la acumulación de reservas de recursos en momentos de prosperidad;
-Tomar medidas contra las jurisdicciones no cooperativas, incluidos los paraísos fiscales. Estamos dispuestos a desplegar sanciones para proteger nuestras finanzas públicas y nuestros sistemas financieros. La era del secreto bancario se ha acabado. Señalamos que la OCDE ha publicado hoy una lista de países evaluados por el Foro Mundial de acuerdo con la norma internacional para el intercambio de información fiscal;
-Solicitar a los encargados de establecer las normas contables que colaboren urgentemente con supervisores y reguladores para mejorar los criterios de valoración y provisión, y alcanzar un conjunto de normas contables mundiales de alta calidad;
-Ampliar la supervisión y el registro regulador a las Agencias de Calificación de Crédito para garantizar que cumplen el código internacional de buenas prácticas, en especial para impedir conflictos de interés inaceptables.
16. Ordenamos a nuestros ministros de Finanzas que completen la aplicación de estas decisiones de acuerdo con el calendario establecido en el Plan de Acción. Hemos pedido al FSB y al FMI que hagan un seguimiento de la evolución, trabajando con el Grupo de Trabajo de Acción Financiera y otros organismos pertinentes, y que presenten un informe en la siguiente reunión de nuestros ministros de Finanzas que se celebrará en Escocia en noviembre.
Fortalecimiento de nuestras instituciones financieras mundiales
17. Los nuevos mercados y los países en vías de desarrollo, que han sido el motor del reciente crecimiento mundial, afrontan también ahora retos que se suman a la actual recesión de la economía mundial. Para la confianza mundial y la recuperación económica es imperativo que sigan recibiendo capital. Esto exigirá un reforzamiento considerable de las instituciones financieras internacionales, en especial el FMI. Por lo tanto, hoy hemos acordado aportar 850.000 millones de dólares de recursos adicionales a las instituciones financieras mundiales para respaldar el crecimiento en los nuevos mercados y en los países en vías de desarrollo, mediante la financiación del gasto contracíclico, la recapitalización bancaria, infraestructuras, la financiación del comercio, el apoyo a la balanza de pagos, la refinanciación de deudas, y el apoyo social. Con este fin:
- Hemos aceptado aumentar los recursos de los que dispone el FMI mediante la aportación inmediata por parte de los miembros de 250.000 millones, posteriormente incorporados a unos Nuevos Acuerdos de Préstamo ampliados y más flexibles, incrementados en unos 500.000 millones de dólares, y considerar la solicitud de préstamos en el mercado si fuese necesario; y
-Apoyamos un aumento considerable del préstamo, de al menos 100.000 millones, por parte de los Bancos de Desarrollo Multilaterales (BDM), incluso a países de rentas bajas, y garantizamos que todos los BDM tendrán el capital adecuado.
18. Es esencial que estos recursos puedan usarse de manera eficaz y flexible para fomentar el crecimiento. A este respecto acogemos favorablemente el progreso que ha hecho el FMI con su nueva Línea de Crédito Flexible (LCF) y su marco de préstamo y condiciones reformado, que permitirá al Fondo garantizar que sus recursos abordan con eficacia las causas subyacentes de las necesidades financieras de la balanza de pagos de los países, en especial la retirada de los flujos de capital externo a la banca y a los sectores corporativos. Apoyamos la decisión de México de solicitar un acuerdo de LCF.
19. Hemos acordado apoyar una asignación general de Derechos Especiales de Giro que inyectará 250.000 millones de dólares a la economía mundial y aumentará la liquidez global, y la urgente ratificación de la Cuarta Enmienda.
20. Para que nuestras instituciones financieras contribuyan a paliar la crisis y a prevenir crisis futuras debemos fortalecer su trascendencia, su eficacia y su legitimidad a más largo plazo. Por ello, junto con el aumento significativo de los recursos acordado hoy, estamos decididos a reformar y modernizar las instituciones financieras internacionales para garantizar que puedan ayudar de forma eficaz a los miembros y a los accionistas en los nuevos desafíos a los que se enfrentan. Modificaremos sus competencias, su alcance y su gestión para que reflejen los cambios en la economía mundial y los nuevos desafíos de la globalización, y para que las economías emergentes y en vías de desarrollo, incluso las más desfavorecidas, tengan más voz y representación. Esto debe ir acompañado de medidas para incrementar la credibilidad y la responsabilidad de las instituciones a través de una mejor supervisión estratégica y toma de decisiones. Para ello:
-Nos comprometemos a aplicar el plan de la cuota del FMI y a manifestar las reformas acordadas en abril de 2008 y a apelar al FMI para que complete la siguiente revisión de cuotas en enero de 2011;
-Acordamos que, además de esto, debería tenerse más en cuenta una mayor participación por parte de los Gobernadores del Fondo a la hora de aportar una dirección estratégica al FMI y aumentar su obligación de rendir cuentas
-Nos comprometemos a implementar las reformas del Banco Mundial acordadas en octubre de 2008. Esperamos nuevas recomendaciones en las próximas reuniones sobre reformas en cuestiones de voz y representación con un calendario acelerado, para ser acordadas en las Reuniones de Primavera de 2010;
-Acordamos que los directores y las cúpulas directivas de las instituciones financieras internacionales deberán ser elegidos a través de un proceso de selección abierto, transparente y basado en los méritos;
-En la línea de las actuales revisiones del FMI y del Banco Mundial hemos pedido al Presidente que, de forma conjunta con los Ministros de Finanzas del G- 20, mantenga consultas exhaustivas dentro de un proceso inclusivo y nos comunique en la próxima reunión las propuestas para otras posibles reformas para mejorar el grado de adecuación y adaptabilidad de los IFI.
21. Además de reformar nuestras instituciones financieras internacionales para adecuarlas a los nuevos desafíos de la globalización, acordamos la conveniencia de un nuevo consenso global sobre los valores esenciales y los principios que fomentarán una actividad económica sostenible. Apoyamos el debate sobre dicha carta para el desarrollo de una actividad económica sostenible con vistas a ampliar el tema en nuestra siguiente reunión. Tomamos nota del trabajo iniciado en otros foros en relación a ello y esperamos debatir más sobre esta carta para una actividad económica sostenible.
Resistir al proteccionismo y promover el comercio y la inversión mundiales
22. El crecimiento del comercio mundial ha sostenido una prosperidad cada vez mayor durante medio siglo. Pero ahora está cayendo por primera vez en 25 años. El descenso de la demanda se ve agravado por el aumento de las presiones proteccionistas y por el retroceso del crédito al comercio. Reafirmar el comercio y la inversión mundiales es esencial para restaurar el crecimiento global. No repetiremos los errores históricos del proteccionismo de eras anteriores. Para ello:
-Reafirmamos el compromiso asumido en Washington: abstenernos de levantar nuevas barreras a la inversión o al comercio de bienes y servicios, de imponer nuevas restricciones, o de aplicar medidas incoherentes de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para estimular las exportaciones. Además, rectificaremos sin demora cualquiera de dichas medidas. Aplazamos este compromiso hasta finales de 2010;
-Minimizaremos cualquier impacto negativo para el comercio y la inversión de nuestras acciones de política interior incluyendo la política fiscal y las medidas de apoyo al sector financiero. No nos refugiaremos en el proteccionismo financiero y especialmente en medidas que limiten el movimiento de capitales, especialmente hacia los países en vías de desarrollo;
-Notificaremos sin demora a la OMC cualquier medida de ese tipo y pediremos a la OMC que, junto con otros organismos internacionales, dentro de sus respectivas competencias, controle nuestra adherencia a dichas promesas e informe públicamente sobre ella con carácter trimestral; -Tomaremos, al mismo tiempo, todas las medidas que estén en nuestra mano para fomentar y facilitar el comercio y la inversión;
-Garantizaremos la disponibilidad de al menos 250.000 millones de dólares durante los próximos dos años para apoyar la financiación de operaciones comerciales a través de nuestro crédito a la exportación y agencias de inversión y a través de los Bancos Multilaterales de Desarrollo. También pedimos a nuestros reguladores que hagan uso de la flexibilidad disponible en los requerimientos de capital para la financiación del comercio.
23. Seguimos comprometiéndonos a alcanzar una conclusión ambiciosa y equilibrada para la Ronda de Desarrollo de Doha, urgentemente necesaria. Eso podría suponer un estímulo para la economía mundial de al menos 150.000 millones de dólares al año. Para conseguirlo, nos comprometemos a continuar en la línea del progreso ya realizado, también en lo que respecta a las modalidades.
24. Aportaremos un punto de vista y una atención política renovados a este tema fundamental en el próximo período y utilizaremos nuestro trabajo continuado y todas las reuniones internacionales necesarias para impulsar el progreso.
Garantizar una recuperación justa y sostenible para todos
25. Estamos decididos no sólo a restaurar el crecimiento, sino también a establecer las bases de una economía mundial justa y sostenible. Reconocemos que la crisis actual tiene un impacto desproporcionado para los más vulnerables en los países más pobres y reconocemos nuestra responsabilidad colectiva para mitigar el impacto social de la crisis y minimizar los daños a largo plazo que pueda sufrir el mundo. Con este fin:
-Reafirmamos nuestro compromiso histórico de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y cumplir las promesas de nuestras respectivas ayudas oficiales al desarrollo, incluidos los compromisos referidos a la ayuda al comercio, la condonación de la deuda y los acuerdos de Gleneagles, especialmente en relación con el África subsahariana; -las acciones y decisiones que hemos acordado hoy proporcionarán un fondo de 50.000 millones de dólares destinado a apoyar la protección social, impulsar el comercio y salvaguardar el desarrollo en los países con pocos recursos, como parte de un aumento significativo de la ayuda en tiempos de crisis a estos y otros países en vías de desarrollo y mercados emergentes;
-Vamos a hacer que estén disponibles recursos destinados a la protección social en los países más pobres, entre otras cosas mediante la inversión en la seguridad alimentaria a largo plazo y las contribuciones bilaterales voluntarias al fondo de vulnerabilidad del Banco Mundial, incluidos el Fondo para la Respuesta Social Rápida y la Herramienta para las Crisis de Infraestructuras;
-Hemos acordado, de forma consecuente con el nuevo modelo de ingresos, que se usarán recursos adicionales procedentes de ventas pactadas de oro del FMI, junto con ingresos procedentes de excedentes, para proporcionar una financiación adicional, privilegiada y flexible de 6.000 millones de dólares a los países más pobres durante los dos o tres próximos años. Hacemos un llamamiento al FMI para que presente propuestas concretas en las reuniones de primavera;
-Hemos acordado revisar la flexibilidad del Marco de Sostenibilidad de la Deuda y pedir al FMI y al Banco Mundial que informen al Comité Monetario y Financiero Internacional y al Comité de Desarrollo en las reuniones anuales; y
-Hacemos un llamamiento a la ONU para que, trabajando de forma conjunta con otras instituciones mundiales, establezca un mecanismo eficaz para supervisar el impacto de la crisis sobre los más pobres y vulnerables.
26. Reconocemos la dimensión humana que tiene la crisis. Nos comprometemos a apoyar a aquellos afectados por la crisis mediante la creación de oportunidades de empleo y mediante medidas de apoyo a los ingresos. Construiremos un mercado laboral justo y favorable para las familias, hombres y mujeres. Agradecemos por ello los informes de la Conferencia sobre Trabajo de Londres y la Cumbre Social de Roma y los principios clave que ambas han propuesto. Apoyaremos el empleo estimulando el crecimiento, la inversión en educación y la formación, y mediante políticas activas para el mercado laboral centradas en los más vulnerables. Hacemos un llamamiento a la Organización Mundial del Trabajo para que, trabajando con otras organizaciones competentes, haga una valoración sobre las medidas tomadas y las que sean necesarias para el futuro.
27. Hemos acordado hacer el mejor uso posible de las inversiones financiadas por los programas de estímulo fiscal, con el objetivo de construir una recuperación resistente, sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Llevaremos a cabo una transición hacia unas tecnologías e infraestructuras limpias, innovadoras, poco contaminantes y que usen eficazmente los recursos. Animamos a las instituciones para el desarrollo a que contribuyan con todos sus esfuerzos al logro de este objetivo. Estableceremos más medidas para la construcción de economías sostenibles y trabajaremos juntos en ellas.
28. Reafirmamos nuestro compromiso de afrontar la amenaza del cambio climático irreversible, basándonos en el principio de las responsabilidades compartidas pero diferenciadas, y de alcanzar un acuerdo en la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático que se celebrará en Copenhague en Diciembre de 2009.
Cumplimiento de nuestros compromisos
29. Nos hemos comprometido a trabajar juntos con urgencia y determinación para transformar estas palabras en hechos. Hemos acordado reunirnos de nuevo antes de que finalice este año para comprobar la evolución de nuestros compromisos.

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