lunes, 6 de septiembre de 2010

Cuellos de botella. Por Orlando Ferreres


(Publicado en La Nación on line, hoy)

Cuando algo podría andar mejor, más rápido por ejemplo, pero está limitado por alguna variable que no llega a poder ajustarse a la velocidad del resto de las mismas, decimos que estamos en presencia de "cuellos de botella". El vino podría salir mucho más rápido de la botella, pero como el pico es mucho más chico que el cuerpo, el líquido sale mucho más lentamente de lo que podría salir. Ni que hablar de la bota española que larga apenas un chorrito de vino al inclinarla o incluso aún cuando la presionemos con fuerza para que salga más


En economía tenemos "cuellos de botella" por diversas causas, como terremotos, lluvias, errores de cálculo, pero principalmente por falta de inversión en el momento oportuno, muchas veces por interferencia del Estado en las señales de precio para indicar donde hacen falta dichas inversiones.
Ejemplo de cuello de botella en la carne vacuna. Cuando en 2006 se comenzaron a percibir los primeros síntomas de que algo podía pasar con el precio de la carne vacuna, que en ese momento costaba 0,78 centavos de dólar por kilo vivo de vacuno promedio, cuando en EE.UU. valía 1,85 dólares por kilo, algunas autoridades prohibieron la exportación de carne. Con esto se logró que toda la producción destinada a exportar se volcara al mercado local y el precio se mantuvo estable o incluso bajo. Fue un éxito.
Pero no fue un éxito duradero, solo fue momentáneo ya que se comenzó a considerar no rentable la producción de carne por parte del ganadero, y así fue vendiendo progresivamente sus vientres, con lo cual bajaron más los precios de las vacas, y muchos ganaderos pasaron a ser agricultores. Al cabo de un tiempo, al no haber no solo inversión en vientres sino desinversión, se produjo una caída de la oferta de novillitos y el precio fue subiendo irremediablemente. Los últimos lotes de novillitos han llegado a operarse a 9 $/kilo (Rafaela, Santa Fe), o sea a 2,28 dólares/kilo, cuando en EE.UU. cuesta 2,10 dólares/kilo.
Ahora tenemos un cuello de botella aquí, en el mercado de carne vacuna. Hay que retener las terneras. Las terneras tienen que pasar a vaquillonas, las vaquillonas a vacas y tener su primer ternero, quizá un año y medio o algo más. Después el ternero tiene que llegar a los 400 kg., es decir otro año y medio o algo más, es decir, entre 3 y 4 años para salir del cuello de botella, sin notar casi aumento del PBI del sector. Todo ese tiempo el ganadero no va a vender nada, tendrá que invertir, como antes desinvirtió.
Este es un ejemplo de lo que queremos decir cuando hablamos en esta jerga de los economistas con la frase "cuellos de botella". Implica todo lo anterior. Implica además que va a llevar tiempo salir de esa limitante, hagamos lo que hagamos, ya cometimos el error y es irreversible. Hay que esperar el tiempo que requiere la recuperación de la variable.
Otros ejemplos de cuellos de botella. A causa del congelamiento parcial del precio del gas natural, no ha existido mucha exploración en ese rubro en los últimos 10 años. Fuimos consumiendo las reservas de gas al usarlo, pero sin invertir en descubrir nuevas fuentes, que es un proceso caro. Han bajado estas reservas de unos 17 años de consumo en el 2000 a solo unos 7,8 años de consumo en 2009. O sea, en 10 años bajamos las reservas 10 años, es decir, no invertimos nada en descubrir nuevas reservas, solo usamos las que habían.
Hemos tenido que importar gas de Bolivia y de otras latitudes, pero varias veces más caro de lo que le pagamos al productor argentino. Aún así no alcanza, especialmente en los momentos pico. Por ejemplo en el ultimo mes de julio, hubo que cortarle el gas a gran parte de las industrias (la producción manufacturera desestacionalizada bajó en 4% respecto del mes anterior por este motivo), pues no alcanzaba para los consumidores residenciales y las fabricas al mismo tiempo. Y eso que la producción industrial está aún un 4-5 % debajo del pico de producción del 2008. Es difícil crecer sin oferta abundante de energía.
Vendemos 550.000 a 600.000 autos nuevos cada año, lo cual es muy bueno, pero no hay nuevos carriles en las autopistas de acceso a los centros urbanos como el de Buenos Aires. La distancia que hace 10 años se recorría en 45 minutos ahora insume 1hora y media, con el costo social que implica. Es otro cuello de botella (embotellamiento) a solucionar. Pero requiere inversiones y estas requieren precios adecuados del costo de transporte para que el inversor asuma el riesgo de hundir recursos financieros en nuevos carriles.
Recalentamiento. Casi toda la economía está en un cuello de botella, dado que la diferencia entre el PBI potencial y el PBI efectivo es muy chica, menor al 5%, cuando en 2002-2003 dicha diferencia era de 27%. Es decir que el PBI efectivo podía crecer en ese porcentaje sin hacer nuevas inversiones (había inversiones efectuadas antes), había capacidad ociosa de producción. Ahora se esta recalentado la economía.
En otras oportunidades en que ocurrió esto, se habló de "sincerar" la economía, es decir, permitir que los precios se ubiquen en los valores que indica la escasez relativa de los factores de producción. Es mejor ir haciendo gradualmente estas progresivas readecuaciones, como hemos recomendado en los últimos 5 años, que tener que sufrir un "sofocón" de las variables, que de todas maneras se van a ubicar en el valor que les señala la economía, como pasa ahora con el precio del novillo.
Si queremos acentuar el consumo generando medios de pago adicionales, podemos caer en el riesgo de que solo los precios aumenten mucho, es decir, que se acelere la inflación, se recaliente el motor. Se ha corregido el programa monetario para emitir más. La imagen de apretar cada vez más una "bota española" para que del pequeño cuello salga más liquido es parecida a la de querer crecer más creando dinero cuando faltan las inversiones que permitan producir más y mejor.


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