Dilma Rousseff demostró que hará honor al alias que le adjudicaron algunos medios de prensa: “la gerentona”. Acaba de incorporar a su primera línea ministerial a uno de los empresarios más ricos e influyentes de Brasil: Jorge Gerdau, un abogado de Río Grande del Sur de 74 años, que preside el grupo siderúrgico homónimo.
El designado coordinará la Cámara de Gestión y Planificación, donde tienen asiento los cuatro principales ministros del gobierno: Guido Mantega, de Hacienda; Miriam Belchior, de Planificación; Fernando Pimentel, de Industria y Antonio Palocci, jefe de la Casa Civil. Gerdau estará bien cerca de la presidenta brasileña, ya que tendrá un despacho en el Palacio del Planalto. No es por acaso la elección ni la proximidad. El industrial viene a llenar un espacio que genera preocupación en Rousseff y es el de la conquista de mayor eficiencia en la economía, tanto en el nivel gubernamental como en el propio sector productivo.
Para Dilma, es la experiencia acumulada por Gerdau en la eficiencia de gestión lo que prevaleció al ofrecerle el cargo. Es que el gobierno brasileño enfrenta los próximos 3 a 5 años un cronograma de obras públicas indispensables para el Mundial de Fútbol y las Olimpíadas. Hace un mes, Gerdau anunciaba una inversión de US$ 1.500 millones destinados a expandir su producción de acero , en función del aumento estimado de la demanda por cuenta de las obras mundialistas y olímpicas.
El empresario, quien preside el Consejo de Administración del grupo, asumió el liderazgo de la empresa en 1983, cuando la firma poseía 6 plantas en Brasil.
Es cierto que la incorporación de hombres de negocios prestigiados no es un invento de la actual presidenta. Con Lula, Luiz Furlán entonces titular de la alimenticia Sadia, pasó a integrar el equipo ministerial del primer gobierno como ministro de Industria. En tanto, en el Banco Central, a Lula no le tembló el pulso cuando colocó en ese puesto a Henrique Meirelles, en la época presidente mundial del Banco de Boston.
El siderúrgico Gerdau mantuvo con Lula una relación cordial y formó parte del Consejo Económico y Social. Para los colegas empresariales, la decisión de Dilma de atraer a uno de ellos a las más altas esferas gubernamentales, ocurre en un momento clave. Según Joao Doria, presidente del Grupo de Líderes Empresariales (LIDE), esto permitirá acelerar las “reformas estructurales” necesarias para el crecimiento brasileño.
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