viernes, 30 de septiembre de 2011

En la Capital Federal van quedando los viejos y los estudiantes. Por Orlando J. Ferreres

La población de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), que de autónoma tiene muy poco, no ha crecido nada en los últimos 50 años. En tanto que la población del país viene aumentando a un ritmo de 1,13% anual, aquí el ritmo de aumento es 0% (en realidad es -0,03 % anual negativo) ¿A que puede deberse esto? Es una tendencia general de las grandes ciudades, como había pronosticado Peter Druker hace más de 30 años: "En las ciudades grandes solo vivirán los viejos y los estudiantes".
Los matrimonios jóvenes con hijos prefieren las casas con jardín, con mucho espacio verde o ciudades más chicas o los countries o los barrios cerrados protegidos de los robos. ¿Cómo podemos confirmar esta tendencia? Observando la cantidad de personas por hogar a lo largo del tiempo.Podemos ver que en 1960 vivían 4,5 personas por hogar en la ciudad de Buenos Aires. El padre, la madre, dos hijos quizá y algún abuelo. Ese número fue bajando significativamente en 1970 y 1980, para acentuarse hacia abajo en 1990 y 2000 y ahora en 2011 apenas superamos las 2 personas por hogar: "el abuelo y la abuela" o "los dos hermanos que estudian".
Las necesidades han cambiado. Se requieren departamentos más chicos de dos o tres ambientes, eventualmente un ambiente. Naturalmente siempre hay barrios con unidades más grandes, como Recoleta, pero la tendencia general es esa.
La cantidad de estudiantes terciarios y universitarios en Capital Federal era de 71.000 en 1960. Hoy llegan a 500.000, con una población total que no cambió. Las tendencias son claras.
Hay otros elementos que pueden acentuar la huida de la Capital. Que Buenos Aires sea una fábrica de clasificación de basura en cada esquina es algo único en el mundo. ¿Creen que eso podría ocurrir en New York, Paris, Londres, Madrid, Barcelona o cualquier ciudad con oferta turística? Hasta ahora no ha ocurrido ningún accidente, pero si ocurriera, ¿quien sería el responsable? Por los grandes camiones que llegan a las 12 de la noche a recoger la clasificación de la basura se ve que éste es un negocio muy redituable. Esto comenzó con la crisis del 2001, para dar alguna ocupación a los sin trabajo, pero ya hoy no se justifica pues llevamos 10 años creciendo al 8 ó 9% anual.
Otro tema que no hace muy confiable a la ciudad es que no hay policías en ninguna esquina clave de la ciudad, es decir, en las zonas más transitadas, a pesar de que hay dos organizaciones policiales para esta jurisdicción: La Policía Federal con unos 45.000 agentes y la de la Ciudad con unos 1000 agentes. Solo en Puerto Madero hay un agente en cada esquina, pero son de otras fuerzas de seguridad, no son de ninguna de las 2 policías. El transito es desordenado y hasta los taxis paran en el medio de las cuatro esquinas para subir o bajar a los pasajeros. Ningún agente del orden esta allí para ordenar las cosas. La cantidad de esquinas de la Capital no ha cambiado desde 1880 y antes había un agente en cada una de ellas y eran menos agentes que ahora. Hoy los agentes ¿donde están, que hacen? ¿Cuidan a funcionarios públicos? ¿Andan dando una vueltita con el móvil?
Se han hecho calles peatonales y se han agrandado las veredas, como en el caso de la calle Corrientes. Por esas calles no se puede caminar, están llenas de mantas en el piso que venden productos en negro y compiten directamente con los que pagan sus impuestos en la propia cara de los mismos negocios. Nadie les dice nada.
Los quioscos en las veredas van avanzando. Ya no es el negocio de un canillita sino que son cadenas de quioscos, cuyo dueño, seguramente, es un señor acaudalado. Además, ponen un techo adicional y extienden desde la calle hasta la pared su radio de acción. Cualquiera puede comprobar esto y lo que es peor en lugares donde pasan más de 1.000.000 de personas por día como en Florida y Corrientes. Además, hay kioscos de venta de flores, de plantas, de diversos artículos y todo en negro. Los tradicionales canillitas que han sobrevivido son pocos. En las veredas estacionan muchísimas motos, con lo cual se hace casi imposible caminar, especialmente por el microcentro. Para caminar rápido hay que ir por la calle, esquivando otras motos, bicicletas y autos.
Un diputado brasileño declaró que ellos consideran más importante el día que decidieron trasladar su Capital que el día que declararon su Independencia. ¿No habrá llegado el momento de trasladar la Capital al interior del país, al Chaco, a Santiago del Estero o a cualquier otro lugar que se considere adecuado según diversos criterios?
Aun cuando este desorden llegara a cambiar, la tendencia poblacional es muy firme, se van mudando de aquí las familias con chicos y van quedando solo los viejos o los estudiantes. Vienen a trabajar a la ciudad millones de personas por día, pero los fines de semana, quedan solo los que viven aquí y la ciudad parece vacía. De todas maneras debemos mejorarla mucho. Siempre fue muy linda, limpia, ordenada y segura Buenos Aires..

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