miércoles, 26 de noviembre de 2008

Conferencia sobre las retenciones al agro. Salvador Treber

En primer lugar cabe aclarar que cuando se estableció el régimen de la Resolución 125 el día 10 de Marzo, de inmediato advertí que tenía graves falencias técnicas y de aplicación y que debían ser corregidas en varios aspectos que no solo perjudicaban al sector sino que tornan casi imposible la inserción del comercio de exportación en el mercado mundial. Ello es así , pues al absorber, después de determinado límite (U$S 600), el 95% del precio, virtualmente, le ponía techo al mismo. Y al ponerle techo ya no se puede operar en el mercado de futuros.

En materia agropecuaria todas las transacciones mundiales se hacen en el mercado de futuros. Se compra cosecha a levantar y productos a generar para entregar varios meses después. En consecuencia esto no iba a poderse hacer con la Argentina porque introdujeron un tope. El diseño de la resolución 125 estaba hecha por manos inexpertas. Con el correr del tiempo se verificó que esto era así. Todas las modificaciones que se introdujeron no fueron realmente concesiones sino correcciones de algo que estaba equivocadamente diseñado y con bastante falta de información sobre la operatoria, formas de producción y modalidades propias del sector agropecuario.

Pero todo ello, a mi juicio, no convalida la actitud que han tomado las entidades representativas del sector. Apoderarse de las rutas, convertirse en los selectores de quien pasa o no pasa, someter a escasez en la provisión de alimentos y otros bienes esenciales a los 40 millones Es absolutamente inadmisible. Significa despojar al Estado de sus facultades y usurpar de decidir quién pasa y quién no pasa. Esto es tan condenable como cuando los obreros petroleros del sur dicen; o nos aumentan tanto o cerramos la válvula de provisión de petróleo y gas.

Claro, en una sociedad violenta donde profesores son objeto de escarnio por sus alumnos y no de respeto, no es extraño que se haya producido un verdadero alzamiento. La Constitución asegura la libertad de tránsito por el país. Convertirse en árbitro de quien transita y quien no transita está más allá de todo lo admisible y es claramente violatorio de las más elementales normas que rigen una república.

Por tanto, debo señalar que por un lado hubo improvisación. Quizá falta de calidad técnica pero por el otro lado hubo abuso de poder en una medida desconocida en toda la historia del país. Por más de 100 días apoderarse de las rutas no tiene antecedentes y ello indica que estamos viviendo una realidad bastante conmocionante. En algún momento al vicepresidente de una de las organizaciones más poderosas se le escapó su pensamiento íntimo a decir que si el Congreso aprueba algo en contra de lo que ellos pretenden hay que disolver el Congreso. Después se desdijo y alego que no era así. Pero lo dijo. Y lo que se dice en primera instancia es lo espontáneo, es el pensamiento íntimo.

Por otra parte los conductores de estas organizaciones, especialmente la Sociedad Rural y CRA son veteranas en esto de defender a ultranza sus propios intereses. La última puja la tuvieron en 1991, no tan lejos, cuando asumió el Ministerio de Economía el Dr. Domingo Cavallo y ante una dificultad muy grande para financiar el sector público, lanzó una reforma tributaria que incluía la duplicación de la alícuota del impuesto a los activos, incluyendo el capital tierra del sector agropecuario. El sector reacciono de inmediato y amenazó, con un paro total, al final llegaron a un acuerdo y establecieron un tratamiento especial que bajaba al 50% el impacto para el caso de su incorporación de capital convertido en base imponible del impuesto. Pero esto ocurrió en muchos períodos anteriores en que trabajaron de la misma manera. Cuando se pretendió incorporar el concepto de Renta Normal Potencial” al Impuesto Inmobiliario y al Impuesto a las Ganancias hubo un paro de tenaces12 días. Y hasta se acusó al ingeniero agrónomo, Secretario de Agricultura, Walter Kugler, de ser un socializante, un comunista. Es decir, en la defensa de sus intereses son realmente maestros...

Para que entendamos un poco mejor qué está en juego y por qué se presenta como un duro enfrentamiento, vamos a ubicar quiénes son los protagonistas. Por lo pronto se suele hablar, muy en general, de los “pequeños propietarios”. Decir “propietarios” no quiere decir “productores”. En la Pampa Húmeda hay 220.000 propietarios, pero solo 71.000 productores. Los otros no producen nada, arriendan y viven de eso como rentistas. Otro protagonista del esquema son los acopiadores, pues los productores no venden al mercado, no exportan sino que venden a los acopiadores o directamente, cuando son de gran tamaño, a los exportadores.

En este momento Argentina tiene cubierto con soja 16.600.000 Has de las cuales casi el 60 % de la producción está solamente en 2.800 explotaciones. Son 71.000, por eso 2.800 producen el 60% en unidades promedio de 10.000 Has. Quiere decir que estos propietarios están parados sobre una montaña que va de 10 millones a 20 millones de dólares de valor tierra. No son ningunos nenes de pecho. Un 25% de la producción corresponde al 89% de los productores. Con un promedio menor alrededor de 180 Has. por unidad. O sea que la cuarta parte se produce en estas unidades. Entre el 60% en unidades promedio de 10.000. y aquellas queda un margen del 7,5% que producen el 15% en unidades promedio de 1.300 hectáreas

Conviene subrayar que el sector agropecuario tiene una composición muy heterogénea. En materia de soja, reitero, la cuarta parte de la producción surge del 89% de los productores con una media, en materia de superficie, de 180 has. De todas maneras 180 has significan un par de millones de dólares en tierra. Pero el 60% de la producción surge de solo 2.800 que son el 3,8% y registran en promedio 10.000 Has. Están parados encima de una montaña que acumula entre 10 y 20 millones de dólares. Y esto es un sector con gran poder económico y político.

En otros tiempos la tierra no se usaba para cultivar soja. Para seguir el proceso vamos a retroceder 30 años. En 1975 recién se estaba introduciendo la soja y el país produjo 750.000 tn. Un rendimiento de 2.000 kgs por Ha. hoy produce 47, quizá llegue a 48 millones de toneladas sobre 16.600.000 has. Es decir una evolución fenomenal. Argentina cultivaba en el periodo 1981/82, por ejemplo, 22.000.000 has hoy cultiva 10 millones más. Esto se explica por la expansión parcialmente de la soja que extendió la superficie sembrada. Pero no alcanza para explicar ¿Cómo se produjo este fenómeno?. Por lo pronto expulsó y arrinconó a la ganadería que antes se realizaba en forma extensiva, con pastoreo en la etapa de cría y el engorde en zona de invernada. La invernada eran los mejores pastos de la Argentina que los tenían los más ricos por supuesto. Aquella ocupaba campos de menos productividad y el productor asumía todo el riesgo de la crianza del animal en los primeros dos años.

Hoy ha cambiado sustancialmente la explotación ganadera pues ha sido empujada a zonas marginales o se hace en establos y corrales, con alimentos balanceados ¿Qué se ganó con esto? Millones de hectáreas que han quedado liberadas para la producción de soja.

El maíz sigue cubriendo con mucho mayor rendimiento la misma área histórica propia y el trigo ha bajado un par de millones de has para producir lo mismo. En consecuencia todo esto ha generado lo que se llama la “sojización” que constituye un caso único en el mundo. No es que donde hay soja sucede esto. EEUU es el primer productor con 80 millones de tns de soja; pero también produce 335 millones de maíz y 150 de trigo. Es decir la soja es un cultivo más, aún cuando ocupa el primer lugar en el contexto mundial. Brasil produce 10 millones más que nosotros, aunque con las mismas condiciones. En cambio, Argentina ha avanzado de tal manera que la mitad es de soja; lo cual, además, cubre más del 50% de la superficie sembrada.

Es cierto que desapareció la característica que tenía antes lo que nosotros llamábamos la “oligarquía vacuna”; que fue definida por un economista que estuvo a cargo del Centro de Investigaciones Económicas de la Fiat, con bastante bronca porque no vendía tractores, como los “cafishios de la vaca”. No tenían que hacer ningún esfuerzo. Los campos eran el capital de reserva y el pastoreo lo que “venía de arriba” con muy poca mano de obra y bajo costo. Hoy no ha cambiado la titularidad de la tierra pero si el destino; aunque tampoco la explotan ellos. Para eso están los “pools de siembra”; las nuevas figuras jurídicas que agrupan fuerzas, productores y finanzas. Son, además, un polo de poder económico y, como siempre, se convierte en poder político.

El gobierno en uno de sus tantos gruesos errores no midió con quien se enfrentaba. Aparte de los yerros técnicos que tiene la Resolución 125, y que han sido bastante bien corregidos por el Congreso, está enfrentando un sector que siempre, históricamente, se resistió a pagar impuestos. Ya les mencioné que se opuso a Cavallo en el 91 y consiguió que la tierra esté muy poco gravada el impuesto a los Activos de las empresas y en Bienes Personales.

Históricamente Sociedad Rural y CRA siempre han conseguido atraer a Fed. Agraria y CONINAGRO y hacerlos hablar por la boca de ellos. Es decir, tienen una enorme habilidad para presentar las cosas. Fíjense que la mitad de la población y casi uniformemente los medios de comunicación masiva han apoyado algo que, en realidad, no saben de qué se trata.

El hecho de que en esta puja salga deteriorado el poder público es realmente un resultado muy grave porque genera un polo de poder paralelo al que debe ejercer la autoridad. Una cosa es que nosotros hagamos propuestas de modificación de políticas, de mejora de distribución del ingreso, de mejor concepción y diseño en el sistema tributario; otra muy distinta es que consideremos que los intereses del sector están por sobre los del país. Esto es lo que sucede en Argentina. Tenemos que reaccionar y advertir que estamos frente a un peligro muy grande: no se trata de doblar el brazo a nadie, sino que el poder público no puede aparecer resignando intereses frente a un sector. ¿Y los otros? ¿y los asalariados o los consumidor?

Debo aclarar que las retenciones no son ningún engendro diabólico de este gobierno. Rigen, con distintas características y peso desde 1956, desde la Revolución Libertadora. Y lo aplicaron Alzogaray. Krieger Vasena, Martínez de Hoz por citar a estos tres Ministros que creo no sufren ninguna sospecha de “socializantes”. Es decir, salvo en el período de la presidencia de Menem, no se ha prescindido en los últimos 50 años de las retenciones.

¿Y por qué se implementan las retenciones? Porque Argentina tiene dos opciones para enfrentar el mercado internacional. Es muy eficiente gracias a que tenemos una de las llanuras, templadas, fértiles, más productivas del mundo, con bajos costos, en la producción agropecuaria. Son 30% menores que en los EEUU y 80% que los de la Unión Europea. Ello no obsta para que nosotros produzcamos apenas 15 millones de toneladas de trigo y Francia, con tierras muy pobres, 40. ¿Por qué? Porque se han agregado insumos tecnológicos que acrecientan el índice de productividad. Nosotros producimos 3.000 kilos por ha y ellos más de 10.000. Y no es un milagro. Constituye un proceso generado con metodología industrial aplicada a la actividad del agro. En cambio nosotros, salvo en soja, seguimos siendo muy primitivos sin una suficiente incorporación del agregado tecnológico.

¿Argentina podría ser un país exclusivamente agropecuario? Es lo que dijo Martínez de Hoz el 2 de abril de 1976. En ese discurso de presentación sostuvo que la Argentina “nunca se debió industrializar”. Y cuando le dijeron que entonces había trabajo para 15 millones de habitantes, respondió de que probablemente era la medida de lo se que necesitaba. Lo que quería decir era que desentendía del resto, que se mueran o se vayan del país.

El sector agropecuario ocupa al 8% del total de trabajadores del país. Quiere decir que si bien es el máximo productor para exportación no nos alcanza en exclusividad para resolver el problema de 40 millones sino de 15 o 20. En consecuencia, no puede pensarse en un país exclusivamente agropecuario. Hay que ampliar su espectro, fundamentalmente hacia el sector manufacturero, aunque tenemos costos mucho más altos. ¿Cómo resuelven EEUU y la Unión Europea sus más altos costos? Con subsidios. Entre la U.E., EEUU y Japón gastan, 1.000 millones de dólares por día para que sus productores agropecuarios sean competitivos. Subsidian con 360.000 millones de dólares para que produzcan y vendan al nivel del costo nuestro y el de Australia.

En consecuencia, como en EEUU pese a ser el primer productor de casi todos los cultivos, solamente les representan el 2% del producto, el 98% restante de la economía sacrifica esos subsidios y los paga para que siga expandiendo el sector agropecuario y pueda colocar los excedentes en el exterior asegurando, además, que los precios internos no sean altos.

Argentina tiene una situación inversa. Somos muy eficientes en la explotación agropecuaria pero ella genera poca ocupación y no competitivos en lo que da mayor cantidad de puestos de trabajo. Por ello, cualquiera sea la filiación política del gobierno, constitucional o de facto, salvo el período de Menem que tiene otras características que merecería una conferencia aparte (porque para mí es la segunda “década infame” que vivió el país en el que se duplicó la deuda externa de 60.000 a 120.000 millones de dólares), cualquiera sea el tinte político, el respectivo gobierno tuvo siempre que apelar al esquema de las retenciones.

¿Por qué? Promover exportaciones se logra con tipos de cambios múltiples, superiores a los vigentes, que los que surgirían por el libre juego de la oferta y demanda. En el año 2004 el real y el peso estaban más o menos en una relación semejante del 3,50 con el dólar. Hoy el real brasileño está a 1,60 y el peso nuestro en algo más de 3. ¿Por qué? Porque en Brasil se lo dejó al albur de la oferta y demanda; ahora tienen que habilitar 50.000 millones de dólares para subsidios y crédito, tratando que no se vengan abajo las exportaciones. Argentina siempre, históricamente, adoptó el otro modelo: un dólar alto, artificialmente sostenido por el Banco Central combinado de acuerdo al grado de competitividad para exportar con menores o mayores retenciones.

Los brasileños se quejan porque nosotros tenemos una retención muy alta para el trigo pero solamente del 11% para la harina porque ellos nos quieren comprar trigo y molerlo sus molinos; no comprarnos harina. Si les vendiéramos harina sería allí más pero defienden su proceso de molienda. Cada uno defiende sus intereses. Los nuestros son al revés. De la misma manera sucede con el poroto de soja que tiene la máxima retención, ya que el aceite y la harina de soja o los demás subproductos tienen ese nivel de retención. Y los productos manufacturados cuanto más valor agregado tienen, la retención es más baja; casi todos del 5%.

Esto significa que el tipo de cambio que tienen los sectores menos competitivos es más alto que el que sería por vía del mercado. Equivale a dicha cotización de mercado libre más un subsidio. Es una forma de instrumentar subsidios. Y en ese sentido las retenciones que tenían los productos del sector agrario hasta el 10 de marzo se explican clara y nítidamente por eso. Toda la vida la facultad de graduar el nivel de retenciones se hizo según las normas del Código Aduanero. No es una novedad, como se dice, ni tampoco la obra de un gobierno de facto. Además de 1956, en 1961 con Frondizi y en todos los gobiernos posteriores, se manejó de la misma forma.

De tal manera que las retenciones están ligadas a un sistema de tipo de cambio múltiple que parte de un sobre valor que se ha forjado con la acción del Banco Central que compra todo el excedente de oferta de dólares. Felizmente, nuestro comercio internacional actual, nos da 10.000 millones de dólares de margen positivo anual. Hasta fin del siglo pasado teníamos saldos en contra. Es obvio que sin intervenir con 10.000 millones más de oferta se iría al piso. La opción estratégica ha sido generar un sistema de cambios múltiples que no la inventaron, los gobernantes actuales pues ha sido una modalidad tradicional e histórica de la Argentina.

¿Por qué duele tanto ahora? Es lógico que a nadie le guste pagar impuestos. Vamos a empezar por ahí. En 1962 se opusieron la conjunción de las 4 entidades rurales a la incorporación del concepto de renta potencial de la tierra. Cuando se incluyó al impuesto a las ganancias en 1973 (lo sancionó el congreso el 30 de diciembre de 1963) comenzaron los paros que curiosamente coincidieron después con el golpe de estado. En 1981, febrero de ese año para más precisión, la Sociedad Rural emitió un comunicado, ante el anuncio que se iba a restablecer el régimen constitucional, por el cual se oponía a que se restablezca hasta que hubiera “sobradas pruebas que el pueblo tiene madurez suficiente para elegir”. ¿Qué les parece? Y en 1991 enfrentaron a Cavallo que, como sabía quien tenía enfrente, aflojó y les concedieron fuertes rebajas solo para ellos. Están muy acostumbrados a ganar batallas.

Pareciera que ésta última se entabló no sabiendo el Gobierno a qué se exponía. Adolecieron de falta información, de calidad técnica y hasta de capacidad para transmitir e informar a la población. Se cometieron gruesos errores. Tenemos hace rato Ministros de economía de fantasía. Es un lujo que no se puede dar el país. En el Ministerio de Economía debemos tener a gente con mucha experiencia, sólidos conocimientos y gran personalidad. Es obvio que no lo vamos a poder manejar, porque la gente que tiene personalidad y conocimientos no es manejable, pero es la única que ofrece correctas conclusiones y mejores medidas para implementar. Es muy peligroso que gente humilde, sin ningún interés en juego, esté desorientada y apoye reivindicaciones de los más poderosos que no coinciden con sus necesidades.

Argentina ha recuperado en 5 años lo que perdió en el desastre que se desató a mediados del 98 y se extendió hasta fines del 2002. Superó hasta 2007 el nivel mas alto anterior en un 30%; pero no se logró modificar el esquema polarizado de distribución del ingreso. En el año 2000, la relación entre el decil del 10% más pobre frente al más rico era de 28 veces. Y hoy sigue siendo de 28 veces. Quiere decir que lo que se mejoró se repartió en la misma forma que se vino repartiendo históricamente, sin cambios. Entonces sí esta es una gran asignatura pendiente que tiene el país.

Pero no nos equivoquemos. El éxito y las reivindicaciones de los sectores más poderosos del campo no apuntan a eso, sino a conservar los privilegios que han tenido históricamente. Y vuelvo a recordar que solamente 2.800 productores de soja producen el 60% y tienen un poder muy grande de fuego para sostener sus intereses (sus tierras valen mas de u$s 200 mil millones).

¿Por qué están hoy en la misma brecha los chicos? Porque son realmente los más perjudicados. ¿Cómo los afectan las retenciones? Las retenciones se aplican sobre las exportaciones, en base al valor FOB en puerto de salida o embarque. Se efectúan al exportador y como éste sabe por anticipado que le van a hacer esas retenciones, cuando le compra al acopiador por supuesto que se las descuenta. Y el acopiador, a su vez, al productor. El último “orejón del tarro” es el productor chico, porque los grandes no están condicionados a la misma cadena.

¿Qué pasa con los productores chicos que sí producen? Porque la gran proporción mayoritaria de propietarios arrienda, no producen. Están sentados en el bar del pueblo y cobran la renta que se conviene en producto. Le duele si baja el precio y hay superiores retenciones porque su renta por el alquiler de su campo disminuye.

Por lo general, los productores chicos no le venden a los grandes intermediarios. Se lo venden a otra institución de intermediarios que se llaman “los valijeros”. Son unos señores muy simpáticos, de campera, que lo único que tienen es un portafolio y van, de tranquera en tranquera, comprando la producción; en muchos casos antes que se coseche y les pagan un poco más que si la vendieran por el circuito que señalé antes. ¿Y por qué le pagan un poco más? Porque, a su vez, ellos la colocan en un “circuito negro” ya sea en el mercado interno o por contrabando a todos los países limítrofes. Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile y Bolivia compran más barato a este circuito.

Ello explica que cuando el Gobierno corrige la Res. 125 y les reconoce reintegros a esos productores, responden que eso no sirve. Alegan que el Estado es muy burocrático y demora mucho. Eso no es cierto. Es porque están “en negro” y por ello no van a ser beneficiarios sin “blanquearse”. Lo que se dice no es la realidad. Es un embuste con el que se engaña a toda la población y se oculta la evasión.

A su vez, cuando se denuncia que el 72,9% (casi 4 de cada 5) asalariados del campo están en negro, mi verborrágico comprovinciano De Angelis (que me hace recordar a la orquesta típica de Alfredo de Angelis que competía con Juan Darienzo) también “guitarrea” pero en otro sentido. Lo admite y dice: “y bueno ¿por qué no vamos a evadir si todos evaden? El Estado también paga en negro a sus asalariados”. Y si esto no es fruto de su enorme ignorancia, es una desvergüenza. El Estado y muchos convenios de empresas privadas contemplan algunas bonificaciones que se llaman “no retributivas”, sobre las cuales no se hacen retenciones para leyes sociales y no se computan para jubilaciones. Pero están registrados, en blanco y el 98% de la remuneración no está bajo ese régimen.

Así justifican que ellos no los registran y los tienen como NN, es decir, fuera de toda posibilidad de jubilación, de todos los servicios sociales y les pagan menos de la mitad de lo que les corresponde por convenio a 800.000 asalariados del sector. Es decir, otra vez queda claro que no son “nenes de pecho”. No son tan cristalinos ni tienen tanta estatura moral como para exigir que el país obedezca a los intereses de su propio y exclusivo bolsillo en perjuicio del resto.

Es obvio que si un sector de Argentina captura una mayor parte del ingreso nacional, quiere decir que para el resto queda menos. Es una cosa lógica. Imagínense que acá tenemos una torta y alguien reclama la mitad. Uno solo. La otra queda para el resto. El esquema de distribución del ingreso y la riqueza tiene esa característica. Si lo que pretenden en ese sector es un ingreso mayor, indirectamente están condenando al resto a que tengan menos participación.

De todas maneras es muy sospechoso, que por una cifra tan pequeña hayan entablado una lucha tan grande. ¿Saben cuánto puede rendir, sin reintegros, las retenciones móviles? Mil quinientos millones de dólares. Y si se aplican y blanquean todos los beneficiarios de los reintegros, apenas 800 millones. Es una minucia. Entonces no puede ser que en el fondo de esto esté solamente el tema de las retenciones. Se está jugando a dirimir el ejercicio del poder fáctico.

Y hay que abrir los ojos. Yo nací a pocos meses del primer golpe de Estado cuando surgió el primer gobierno militar. Y desde entonces los 5 golpes fueron hechos por los sectores más conservadores, usando a los militares como “partido conservador”. ¿Por qué? Porque no aceptaban la elección popular. Recuerden Uds. que el voto secreto recién se incorporó en la primera presidencia de Irigoyen, aguantaron a Alvear y dos años de nuevo de Irigoyen. Desde entonces, como en aquél momento de la oligarquía no quería largar la “manija”, fueron implementando sucesivos golpes de estado.

La historia reciente del país hace que eso en la actualidad, felizmente, no se pueda realizar. Es muy posible, por lo que la historia argentina nos enseña, suponer que esto tiene otro trasfondo: competir por quién va a manejar los intereses más importantes del país. En este momento estoy hurgando en el más recóndito rincón de mis recuerdos porque estoy escribiendo un libro que arranca del 30 y cuenta lo que sucedió en el país cada década. Además de amargarme enormemente por la cantidad de frustraciones, de interrupciones del progreso del país, la Argentina que tenemos, con todas sus carencias, es un verdadero milagro. Porque si no la han podido destruir hasta ahora, como decía Clemenceau -gran “tigre francés”- “Argentina es tan rica que por más que la tratan de refundir no pueden”.
Pero realmente la perspectiva actual en el mercado mundial es extraordinaria, casi única. Perder la posibilidad de aprovecharla al máximo sería la más grande frustración de todos los doscientos años que vamos a conmemorar o festejar el próximo 25 de mayo de 2010.

En la emergencia aparecen operadores de todo pelaje. Están surgiendo “sabiondos” improvisados. Personalmente empecé mi carrera docente en 1955 -en octubre- y la especialidad, la primera, han sido las Finanzas Públicas, después la extendí a Economía Argentina. Pero “Especialistas” genuinos en materia de economía del sector público y economía de los sistemas tributarios hay muy pocos. Esa es la materia que estoy dictando actualmente en Posgrado de Facultad de Ciencias Económicas; y observé con alarma que ahora hay especialistas en el tema, todos audaces y advenedizos, que impulsan la proliferación de juicios de inconstitucionalidad y de confiscatoriedad que son verdaderos disparates; conceptos que repiten los políticos y la oposición que no estudian nada e improvisan todo.

Confieso que la voté en el 2003 a Lilita Carrió. Pobrecita, quizá por eso se descarrió. Es una de las que sostiene, en base a estos nuevos especialistas, que son inconstitucionales porque absorben más del 33% del ingreso. Lo que no sabe, es que todos los fallos de la Corte Suprema han sido para impuestos directos pero no hay un solo fallo por impuestos indirectos. Ignora que cada vez que carga el tanque de nafta el impuesto especial a la nafta incluido cubre entre el 62 al 70%. Y que cada vez que fuma un cigarrillo, el humo se lleva un 72% de impuesto al consumo del tabaco. Así que los invito a los que llenan el tanque y a los que fuman un cigarrillo a que intenten hacer un juicio de inconstitucionalidad y confiscatoriedad…

Claro que a estos especialistas de última hora no les importa lo que dentro de varios años vaya a decidir la Corte. Les interesan los honorarios que van a cobrar ahora. En este mercado persa que tenemos nosotros hay bichos de todos los pelajes. Debemos tener muy en claro el régimen de tipos de cambio múltiples que implementa la Argentina es adecuado e indispensable para mantener la ocupación de los 17 de millones de asalariados que tenemos. Si queremos tener 10 millones de desocupados, pues eliminemos las retenciones como sugieren algunos irresponsables.

Son necesarias para poder exportar máquinas, tubos con costura y otros tantos productos de la industria que no tienen insumos agropecuarios. El que apunta a eliminarlas está indirectamente diciendo queremos un tipo de cambio que se guíe por lo que determinan las leyes del mercado y ello implicaría determinar que queden fuera de competencia una gran cantidad de sectores.

Hoy la Argentina, como nunca, exporta 32% del total en productos industriales que no tienen insumos agropecuarios. Y esto desaparecería. Entonces, estamos jugando con fuego. Es un tema complejo que no aparece a la superficie con facilidad pero están promoviendo con campañas engañosas y con aparente piel de cordero, retornar a un esquema que sea continuidad de la década del Noventa. En esa década teníamos 40% de desocupados y subocupados. El total de asalariados percibía la mitad de lo que históricamente percibieron. Eso puede volver a suceder si nos equivocamos. En consecuencia, no me voy a cansar hasta que esté en la tumba de advertirles a los argentinos que ese no es el camino. Pienso en el futuro de mis nietos, no como sudacas exitosos sino realizados acá en la Argentina con verdadera capacidad para desempeñarse y contribuir al éxito del país.

Deseo fervientemente se elabore un Plan de Mediano y Largo plazo que el país no tiene. Fíjense que se establecen retenciones por cuatro años en la resolución. Pero no sabemos qué va a pasar en esos cuatro años. Necesitamos un Plan de Mediano Plazo para saber en dónde se inserta y hacia donde vamos.

Dentro del mismo es básico incluir una profunda reforma tributaria que modifique el esquema regresivo de distribución de riqueza. Sepan Uds. que el 10% más pobre, en todo lo que compra -que son bienes de la canasta familiar y muy poco más- de cada $100 que gasta $34,30 son impuestos. En cambio para los que están en el 10% de la cima, solo el 25,3% son impuestos. Tenemos un esquema profundamente regresivo que debe ser modificado. Hasta ahora han rechazado, tanto el ex presidente como la presidenta, la posibilidad de una reforma tributaria sin dar razones.

Agrego para terminar un párrafo sobre algo que ha trascendido y que, con la suspicacia de todo lo que he vivido, creo ver una vinculación con cierta promesa hecha a algunos sectores del campo. Se habla de un proyecto de “blanqueo de capitales”. Cuando se resuelva definitivamente el conflicto, sería inmediatamente enviado al Congreso. Y como todos los anteriores, también se arguye ahora que es para repatriar capitales.

Esa fábula la dijeron en 1956. Alsogaray incluso emitió el famoso “Empréstito 9 de Julio” en 1960, junto con un blanqueo. En 1966 Onganía firmó otro. En 1976 la dupla Martínez de Hoz-Juan Alemann incorporaron uno más y yo estaba en el directorio del Banco Central cuando Alfonsín hizo lo mismo. Como había puesto la condición para incorporarme que no hubiese blanqueo, me fui dando una conferencia de prensa donde denuncié que también blanqueaban robos de los represores. Si por lo menos lo hubiesen acompañado con una reforma tributaria de fondo que cambie el esquema distributivo y, además, que esté acompañada de un organismo de contralor suficientemente eficiente para que elimine en alta proporción la evasión, era más digerible.
El tiempo dirá que va a suceder.

PREGUNTAS:


PREGUNTA 1: Ud. cree que este tema de la improvisación que ha ganado a los gobiernos nacional, provinciales y municipales en las últimas décadas, Ud. avisora la posibilidad de incapacidad política, técnica del gobierno nacional actual para intentar formular un plan de mediano y largo plazo con los distintos actores sociales visto que lo que con claridad explicó Ud., es decir 1.600 u 800 millones de dólares por una medida que evidentemente parece no justificarse. Y uno observando otros mercados pasa del mercado laboral al mercado energético, al mercado provisional observa que quizá se están desaprovechando oportunidades relevantes. Ud. cree que estamos en condiciones y en capacidad para intentar los distintos actores sociales con distintos intereses en formular un plan de largo plazo y mediano plazo. Y otra pregunta: los sistemas tributarios lamentablemente, como Ud. dijo, en Córdoba y en principio en la Nación, son altamente regresivos, pero lamentablemente los que propusieron esas medidas hace 8 ó 9 años atrás son los que ganaron las elecciones y dado ese estado de irresponsabilidad a mí me gustaría que Ud. pueda explicar claramente por qué ha sucedido eso y todos los que estamos interesados acá en su sapiencia podamos ser difusores de cómo se pueden cometer algunos errores demagógicos que en realidad transforman el sistema tributario en regresivo.

S.TREBER: Hay varias preguntas en una sola pregunta. En principio no quiero pensar mal. Quiero pensar bien. El ex presidente Kirchner y su señora son bastante desconfiados y hay razones para serlo. En consecuencia, se han rodeado en los cargos más inmediatos de responsabilidad, en especial de santacruceños y la experiencia de De Vido para abajo es la de un quiosco (Santa Cruz tiene poco más población que la ciudad de Río IV). En consecuencia, lo que pudieron acopiar de experiencia es muy poca. El país es muy complejo, pero muy complejo. Mire. En una oportunidad yo fui a un Congreso Mundial y el Director del Instituto para Países Emergentes de Berlín, cuando supo que era argentino, no me lo pude sacar de encima. Todos los días venía con una lista de preguntas. Porque estudiaba la economía argentina y cada vez entendía menos. No es un país simple, es un país muy complejo y necesita, correlativamente, de gente formada y capaz. Hay poca en el Gobierno. Pero hay mucha en el país.
Ubiquémonos. De gente formada y no comprometida con sectores de intereses porque para los otros, mejores que estén los improvisados. Claro, los sectores económicamente fuertes cuentan con analistas, lobbistas, especialistas; pero todos para nadar en dirección de los intereses propios. Eso no nos sirve. Les aseguro, por conocimiento del campo de colegas, que hay muchos, absolutamente independientes y de alta formación. Argentina es proveedora de este tipo de especialistas a Latinoamérica y al mundo. Así que eso no falta, aunque no son convocados.
Creo que se puede lograr y que se puede hacer un Plan de Mediano y Corto plazo. Que con la gente que está no se pueda, es otra cosa. Pero si tengo un equipo de football y hay 3 ó 4 “pataduras”, tengo que sustituirlos por otros jugadores con más oficio; sino estoy dando ventajas o soy un idiota.
Se ha perdido tiempo en algunos casos. En el área de Energía no puede generar soluciones si no es mediante un plan de mediano y largo plazo. Si se hubiese tenido plena conciencia de las carencias en el 2003 hoy ya tendríamos la mitad de la solución concretada. No había quien lo advirtiera entonces y por eso ahora estamos corriendo detrás de los acontecimientos. La conducción siempre corre detrás del día siguiente. Es indispensable hacerlo ero eso no quita que existan equipos trabajando pensando en los años siguientes, en las décadas siguientes. Incorporar una central tradicional de energía requiere 4 años; si es hidráulica o atómica, entre 6 y 10 años. Entonces no podemos actuar con el criterio del día siguiente. Tenemos que ir programando en el tiempo pero desde ya y para dentro de 6 años o de 10 años.
Si salvamos este invierno y el próximo no quiere decir que esté resuelto el panorama del país. Esto es ser miope. En consecuencia, insisto, hay con qué hay con quién. Lo indispensable es que lo comprendan quienes deciden.
Si me preguntan a quienes prefiero, a éstos que a los anteriores; no tengo dudas. Porque los anteriores apelaron a los lobbistas y a los especialistas que nadaron en dirección contraria a los intereses del pueblo. Apuesto a que ahora tengamos éxito. Que aportemos ideas, que aunamos esfuerzos, que acerquemos especialistas y que llenemos los huecos, los vacíos y las insuficiencias, que son muchas.
Si alguien escucha y lee todo lo que surge de la oposición, no cuenta una sola idea. Solo hay críticas que esto es malo, que esto es feo, que esto es así que esto es asá. El problema es llegar y después veremos. Y esto para cualquier país es suicida. Tenemos que tratar, siempre, de ofrecer soluciones, de crear alternativas y de ayudar a forjar todos los recursos humanos y técnicos para que el país salga adelante. Porque no es el caso que triunfe un gobierno o un equipo. Lo que está en juego es el país.
Argentina, en tiempos pasados, estaba por encima de Brasil; pero lejos. Hoy somos equivalentes a 1/3 de su P.B.I. ¿Hasta cuándo vamos a resignar posiciones y posibilidades? Eso con respecto a la primera parte de su pregunta.
La segunda parte se refiere a la legislación tributaria provincial y municipal. Uds. saben que en 1999 por cada $100 que se recaudaban de Impuestos a Ingresos Brutos, se sumaban $60 de Impuesto Inmobiliario Rural y Urbano. Hoy por cada $100 que se recaudan de Impuesto a los Ingresos Brutos, se recaudan $12 de Impuesto Inmobiliario Urbano y Rural. ¿Por qué? Desde 1993 las bases imponibles urbanas y rurales no se han tocado.
En una oportunidad me vinieron a consultar las autoridades de los educadores de la provincia a los que el entonces gobernador les negaba un aumento salarial. Y me preguntaron si era cierto que no les podían pagar el aumento. Les respondí que sí. Que en las condiciones estas planteadas tienen razón. Lo que pasa es que han renunciado a recaudar impuesto inmobiliario. Si en este momento lo hubiesen hecho en la misma relación que de 1999, en vez de 280 millones se hubiesen ingresado no menos de 800.
En ese supuesto habría para aumentos, para mejores servicios educativos, de sanidad, rutas y muchas otras cosas. Pero no. Se encaró porque ingresos brutos es un impuesto que “no se ve”. Que se paga dentro del precio de todo lo que uds. compran y aparece como un impuesto “invisible” a los ojos del hombre de la calle, que por eso no patalea. En cambio el Inmobiliario viene en un cedulón, que le hace presente cuánto tiene que pagar. Para evitar una reacción en contra, creen que es preferible dejarlo como está. Y eso le ha dado muchos votos en Córdoba, especialmente en las zonas del campo del centro y sur, en los departamentos más importantes.
Ha llegado a mis manos por una consulta profesional de una operación que se quería pactar a 7.500 dólares la hectárea en Marcos Juárez, y los respectivos cedulones los tenían valuados en 700 pesos. Dicho sea de paso, hoy ya valen 12.000 dólares la hectárea allí. Pero siguen pagándose el impuesto sobre 700 pesos y muchos, aún así, no lo pagan. Es que el tema de los cedulones testigo molestan…
Fíjense Uds. lo que pasa en vuestra y mi Municipalidad. La llamada tasa de servicios a la propiedad no alcanza para pagar ni la mitad de la factura de barrido y limpieza. El tan cacareado argumento de los fallos de la Suprema Corte, reconoce como constitucionales tasas que superen al costo del servicio en un 70% porque ese resto es para financiar las operaciones y los servicios generales. Resulta que en Córdoba no cubre ni la mitad del costo del servicio. Claro que si uds. ahora aumentan el cien por ciento, en todos los diarios y otros medios, van a salir con que es un “impuestazo”. Y lo que tendrían que hacer es agradecer por todo lo que no se les cobraron antes; no por lo que se les quiere cobrar ahora.
Es evidente, no por casualidad, que están dadas vueltas muchas cosas. La mentira, el engaño, el oportunismo, el interés particular, junto con la irresponsabilidad, han sido la característica. Y en eso la administración actual hereda todos los vicios que datan de décadas. De muchas décadas. Con decirle que no se han actualizado las valuaciones del año 1993. Revisen todos los nombres de los que pasaron por esos sillones y encontraran los mas directos responsables.

PREGUNTA 2: Tal vez sea muy ingenuo pero es una inquietud que me aprieta. Así como a nivel nacional siempre está la puja campo-ciudad, a nivel mundial hacen la gran diferencia los países altamente industrializados (o sea los que tienen alto valor agregado en lo que producen y venden) frente a los países de producción primaria sin valor agregado. Caso de Argentina. Ahora ya no somos países en vías de desarrollo sino países emergentes. En el momento oportuno e histórico como ahora, productos como el microchip (para dar un ejemplo) cuando hay hambre no te sirve para nada. Sin embargo aquellos países displicentemente emergentes que producen la comida son necesarios.

S.TREBER: No es tan así. India está generando alta tecnología electrónica y con eso está superando niveles de atraso muy grandes.

PREGUNTA 2: Pero a lo que iba yo es, como en el caso del petróleo por ejemplo, está la OPEP, ¿qué pasa con aquellos que producen alimentos que no son los formadores de precios, estamos pendientes del precio de Chicago?

S.TREBER: Somos tomadores de precios pero en este momento nos favorecen.

PREGUNTA 2: Por qué no hay, si yo produzco algo y es imprescindible a nivel mundial, como liberarnos de estar pendiente de aquellos que nos imponen el precio.

S.TREBER: Vamos a ubicar quienes son los grandes productores. En primer lugar la OPEP no maneja los precios. Las grandes petroleras, las 7 Hermanas, que es el mayor y mas poderoso holding internacional en el que suman fuerzas las grandes petroleras mundiales, trasnacionales, son en buena medida las que manejan este negocio y se apropian de la que toman la mayor parte de lo que se llama la “renta petrolera”.
Pero en materia de producción de alimentos, el primer exportador mundial es EEUU y después están Canadá, Australia, en cierta medida, aunque menor, la Unión Europea y, marginalmente, Argentina y Brasil. EEUU es el primer exportador de maíz, de trigo de soja. Lo que pasa es que la dimensión fenomenal de esa economía hace que parezca muy pequeña la participación.
Será muy difícil que nosotros podamos asociarnos en objetivos comunes. Uds. saben que estamos en el período de la ronda de Doha; con que es una sucesión de negociaciones dentro de la Organización Mundial de Comercio a los efectos de establecer normas. Y Argentina junto con Brasil, Sudáfrica, India, China, pretenden que se eliminen los famosos subsidios y Brasil amagó “abrirse”. Aquellos nos prometen para el 2013 y en el 2013 nos van a prometer para el 2020. Esto es un viejo cuento…
Mientras tanto pretenden que nosotros eliminemos los aranceles para la entrada de sus productos industrializados. Y si nosotros no aceptamos somos “intolerantes”. Hasta ahora Argentina tiene una posición correcta junto con el grupo llamado BRIC (Brasil, Sudáfrica, India y China). Esta es una gran pulseada en la que nosotros tenemos que ser realistas. Esto es lo que tenemos y a veces algún “socio” vacila.
Lo que tenemos que saber es, que si no nos diversificamos es posible que la mitad del país se vaya a morir de hambre y la otra mitad irá al Paraíso. El costo de lo que está en juego es muy alto. No podemos transformarnos de tomadores a formadores de precios porque no nos da el cuero. Además, en este momento, los formadores están superados. La situación de los precios internacionales obviaron a Chicago, superaron a Londres y a todos los demás mercados de concentración.
En consecuencia este es un momento especial para Argentina, en que justamente los que nos ahogaron siempre con bajos precios hoy no pueden hacerlo. Incluso están reivindicando que se bajen los precios de los alimentos porque ahora recién se acuerdan que los pobres africanos se van a morir de hambre.
En vez de trasmitir -aunque sea un décimo- el presupuesto militar con lo que se resolvería el hambre de todo Africa, nos piden a nosotros que bajemos los precios.

PREGUNTA 2: Estaría latente la doctrina Kissinger la que se aplicó después del 73 cuando el boicot petrolero, cuando dijeron esta vez nos tomó por sorpresa. La próxima vez lo que necesitemos lo tomaremos por la fuerza.

S.TREBER: Eso fue en octubre del 73. Ya en la siguiente crisis del 79/80 ya no los agarraron con reservas por 15 días sino por 6 meses y les doblaron el brazo a los de la OPEP. Son lo suficientemente capaces como para no tropezar dos veces con la misma piedra.

PREGUNTA 3: Con la reforma introducida a la Resolución 125 con respecto al techo quedó realmente superado el problema de los futuros.

S.TREBER: La última versión era buena. No obstante, en la óptica de De Angelis no sirve para nada; pero es porque ellos están “en negro”. Como eso no se puede decir hay que argumentar cualquier otra cosa.

PREGUNTA 4: Podría repetir las cifras del total de las retenciones y por sector y de los subsidios?

S.TREBER: Como no. El año pasado la recaudación de retenciones de todos los sectores fue de 20.450 millones dentro de una recaudación total cercana a los 200 mil millones de pesos. Así que fue poco más del 10%. Hoy justamente le corregí a un periodista, en un reportaje, porque me apuntó “sí pero no se coparticipa”. La Constitución dice que eso no se coparticipa. Modifique la Constitución en todo caso. Pero esa no es una cifra fabulosa, es solo un 10%. Se aventuran datos falsos y están todos engañados y engatusados porque se fabula mucho y se oculta lo que realmente sucede. Además, se requiere un mínimo de información fehaciente.
Menos de dos tercios surge del sector agropecuario y el resto de otros productos; especialmente de la exportación de petróleo. Si no hubiese retenciones en el caso del petróleo, nosotros pagaríamos tres veces más como sucede en el resto de los países de Latinoamérica y Europa.
Si Uds. reparan los acontecimientos de España con los camioneros y donde Zapatero, pese a ser de extracción socialista, se acordó que tenía 20.000 efectivos antidisturbios y los sacó a puntapiés de la ruta. Como allí no hay subsidios ni retenciones (y yo expliqué que las retenciones operan como un esquema de subsidios) no hay más remedio que pagar el precio real. Nosotros pagamos los combustibles a 42 dólares y en el mundo está a 140, pues se retiene la diferencia al exportarlo.
Y eso también sucede con una cantidad de otros productos. Los alimentos en el exterior cuestan 3 veces lo que en Argentina. Nosotros mantenemos un alto tipo de cambio pero para los alimentos las retenciones los bajan. Operan, en alguna medida, como el centinela de nuestros costos internos, nos guste o no nos guste. Ese es el rol de las retenciones.
Los subsidios, el año pasado, representaron 17.500 millones de pesos distribuidos en transferencias a energía, las panificadoras, la leche y promoción del consumo general.

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