Hasta el estallido de la crisis financiera mundial, en 2008, el hombre clave para el sistema financiero era el matemático. Las finanzas, que hasta la década pasada estaban dominadas por los economistas, habían pasado a ser el ámbito de dominio de los matemáticos.
Los bancos seleccionaban los mejores promedios en matemáticas de las universidades, rápidamente los ponían a trabajar con grandes sueldos y generosos bonus, y estos jóvenes y aguzados cerebros, entrenados para las ecuaciones, generaban las que permitían multiplicar sin control el valor del dinero virtual. Los bancos estaban presididos por banqueros, pero éstos administraban, promovían y vendían un nuevo sistema elaborado por los matemáticos. Las ecuaciones que generaban los jóvenes expertos en esta materia, en la mayoría de los casos, escapaban a la comprensión de los banqueros tradicionales, que usufructuaban los beneficios que generaban los primeros. En los últimos años se fue incorporando cada vez más matemática a las carreras de Economía y Finanzas, y la cantidad de horas dedicadas a dicha disciplina en una determinada carrera había pasado a ser indicador de su calidad y nivel. En la segunda mitad del siglo XX, los economistas fueron criticados más de una vez por su desconexión con lo político y lo social, por considerar la realidad sólo como un número. La ley de la oferta y la demanda no deja de tener una relación con lo social. Marx plantea una teoría de interpretación de la historia y la economía al mismo tiempo, que después se transforma en ideología. Lord Keynes, que vuelve a estar de moda por las semejanzas con la crisis de los años treinta, no sólo era un economista sino un profundo humanista, que tomaba posiciones muy definidas y muchas veces incorrectas para la época. En nuestro país, Belgrano (que era abogado, político y militar) fue quizá nuestro primer economista. Alberdi, además de ser el inspirador de la Constitución de 1853, también fue un pensador económico, como lo mostraron sus trabajos sobre el sistema rentístico. En la Generación del Ochenta, tanto Carlos Pellegrini como Vicente Fidel López fueron pensadores y actores políticos y culturales, además de escribir sobre economía y ser los precursores de la protección de la industria. Probablemente Frondizi fue el último líder político con comprensión simultánea de los problemas políticos, económicos y sociales. El economista recién se diferencia de la realidad política y social en la segunda mitad del siglo XX, y la economía pasa a ser una ciencia específica y más aislada de los demás saberes en esos años. Pese a ello, más de un economista ha mostrado vocación por lo político, y la Argentina tiene varios ejemplos de ello en la historia contemporánea. Pero es muy difícil encontrar matemáticos que se hayan dedicado a la política o las ciencias sociales. En una visión sociológica, detrás del estallido de la burbuja financiera de los derivados, creo que está el hecho de que las finanzas en manos de los matemáticos terminaron fuera del control de banqueros y economistas, además de no ser materia de la regulación estatal. Las matemáticas son una disciplina fundamental para el desarrollo del pensamiento, y el hecho de que la computadora haya dejado a un lado antiguos mecanismos de enseñanza, como los concursos de cálculo mental, no contribuye al desarrollo del pensamiento. También es cierto que las matemáticas resultan fundamentales para el desarrollo científico, tienen una relación con la lógica y hasta con la filosofía y permiten una tarea de cuantificación sin la cual se harían imposibles los diagnósticos en el mundo moderno, y sin ellos no se podrían tomar decisiones adecuadas. Pero el haber dejado el sistema financiero en manos de los matemáticos, además de haberse demostrado negativo por sus resultados, refuerza la idea de que es necesario humanizar las ciencias exactas o duras, sobre todo cuando sus consecuencias afectan a la humanidad.
*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.
Reactivación de demanda versus desinflación
Hace 1 mes
No hay comentarios:
Publicar un comentario